Tambores africanos para hacer bailar al público de Córdoba
En un Teatro Real repleto de un público entusiasta, el Sonny Troupé Quartet Add 2 dio una clase práctica de ritmos antillanos.
En punto, a las 20:30 horas, las voces del teatro anunciaron el comienzo de la tercera noche del CBA Jazz 2018. Contraviento y Madera subió al centro del escenario para presentar música original. La talentosa Julieta Ortíz y el afiatado Raúl Venturini, demostraron la evolución de su proyecto que les mereció, recientemente, la obtención de un subsidio fomento a la edición musical otorgado por el Instituto Nacional de la Música. Un disco que ya se encuentra en etapa de posproducción y que da cuenta del excelente trabajo de contrapunto, arreglo y composición que lleva adelante el dúo.
Luego fue el turno de la figura central: el Sonny Troupé Quartet Add 2. Presentó material de su último trabajo Reflect Denses, un disco que pone en escena a un doble cuarteto y que juega permanentemente con figuras rítmicas que se ajustan y desajustan. Una maquinaria dispuesta por Troupé que esconde, bajo el gancho de la percusión afroantillana, un trabajo de orquestación que apuntala la intensidad rítmica de la música Gwo Ka.
El grupo del percusionista guadalupeño se constituyó con nitidez en tres secciones. Por un lado los vientos, que marcaban la exposición de los temas, el bajo de Mike Armoogum, y la cuerda percusiva llevada adelante por Olivier Juste y el propio Troupé. Sobre ese marco se recortó el trabajo del impactante (por su inusual técnica y por su original sentido rítmico) Gregory Privat y las incursiones solistas, y por momentos melodizando a través de los parches, del propio Troupé. Y claro, también, las dinámicas habituales de solos e interplay que le son propias al jazz.
De este modo, el grupo de Troupé trajo a la décima edición del Festival un abigarrado proyecto pero coagulado a la perfección. Donde hubo también lugar para la electrónica, ritmos jungle y un extraordinario dúo de tambores Ka (Juste y Troupé) que seguramente va a quedar como uno de los grandes momentos musicales del CBA Jazz. Con ganas de más, el público del Real hizo retornar a los músicos al escenario para un vibrante bis en la misma clave intensa de todo el recital.
Apenas pasadas las 22 horas los cinco músicos franceses que conformaban la propuesta de Sonny Troupé se ubicaron sin vacilar nuevamente en sus puestos. Los primeros sonidos del tambor Ka, magistralmente interpretado por el Gwo Ka Master Olivier Juste, que marcaron la pauta de la hora y media de recital, volvieron a sonar. La presentación no dio aliento al público de Córdoba e ilustró la inmensa diversidad que puede alojarse bajo el rótulo de “jazz”. Parafraseando al fallecido líder político de la justicia social podríamos decir “hay jazzeros de fusión, hay jazzeros tradicionalistas pero en el fondo de todo está África”. Y fue esa, en definitiva, la enseñanza que dejó la presentación de Troupé.
M.B.