Felipe Cabrera (bajo y dirección), Diego Tercel (congas), Lucas Millicay (timbal), Martín Barroso (piano), Fede Seimandi (bajo).
Generalmente se asocia el concepto de jazz cubano a nombres de una primera generación como Mario Bauzá, Chano Pozo, Bebo Valdés, Mongo Santamaría y Cachao. En segundo término, los nombres surgidos de la extraordinaria banda Irakere: Paquito De Rivera, Arturo Sandoval y Chucho Valdés. Pero excepto el nombre de Gonzalo Rubalcaba, pocos reconocen las generaciones posteriores.
Si bien Felipe Cabrera, discípulo de Cachaíto, es contemporáneo de Rubalcaba, su nombre se asocia a la nueva generación de músicos surgidos de la isla. Tal vez junto al pianista Harold López Nussa que participó del laureado disco Ninety Miles (Stefon Harris, Christian Scott y David Sánchez) y Francisco Mela (presente en dos ediciones del CBA Jazz junto a Leo Genovese) sean los músicos más representativos del denominado “nuevo jazz cubano”. Y si bien la revolución cubana, en su vocación refundacional, incorporó una serie de pautas culturales ajenas a las particularidades de su pueblo (la tradición de la música europea a partir de la influencia soviética), la profunda raigambre de los ritmos afroamericanos fue el motor de las geniales fusiones que se generaron y se siguen generando.
Sin embargo, el jazz en la música cubana no ha operado como sustento de la tradición, sino más bien como motor de las distintas mutaciones. Es quizás el verdadero logro del “canibalismo cultural” (como diría Cyro Baptista) cubano.
Luego de una formación clásica (la pauta cultural de la revolución) Cabrera se encolumnó detrás de su verdadero maestro Orlando “Cachaíto” López. Durante catorce años, junto a Horacio “El Negro” Hernández, integró el grupo de Rubalcaba y acompañó a artistas de la talla de Santiago Feliú, Changuito Quintana y Sergio Vitier. Pero en 1999 Felipe Cabrera se radica en París y comienza una nueva etapa de su vida. Allí logra granjearse el reconocimiento del público y la crítica pero por sobre todo de sus pares que lo empiezan a convocar para sus proyectos. Forma parte del primer disco (y el mejor) de Orishas A lo Cubano y toca con nombres ilustres como Chico Freeman, Eddy Palmieri y Chano Domínguez.
Pero su talento no se acaba en el rol de instrumentista. Ha dado sobradas muestras de sus dotes como compositor y arreglador a través de su propia discografía, en la que resuena la música cubana como un telón de fondo pero hay una marcada búsqueda de nuevas sonoridades, siempre al cruce con otras músicas.
Subirá al escenario de Cocina de Culturas acompañado por la banda “Latin Jam de Cba”, agrupación local que desde el año 2016 viene desandando los caminos del latin jazz dentro de un esquema en el cual la improvisación adquiere un rol fundamental.
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M.B.
Lunes 19/11 | 22:00 hs. | Cocina de Culturas | Jazz Club
Entrada libre y gratuita hasta agotar capacidad del local.