Melissa Aldana (saxo tenor), Pablo Menares (contrabajo), Craig Weinrib (batería).
Cuando Sonny Rollins irrumpió en la escena jazzística eliminando el piano de su grupo (A Night at Village Vanguard, Way Out West, Our Man In Paris, Freedom Suite) muchos pensaron que estaba poco menos que loco. Renunciar al piano, sostén armónico del grupo, implicaba una mayor libertad improvisativa pero un plus de responsabilidad ante las complejidades estructurales del tema. Solo un saxofonista con el sentido del tiempo como el que tenía Rollins podía, a mediados de los 50’, enfrentar ese desafío. Luego vino Coltrane y destrozó el tablero, pero esa es otra historia.
Melissa Aldana se inscribe en la tradición de ese desafío. Pero no solo con un grupo piano-less, también lo hace con el fraseo y el sonido, para muchos irreproducible, del gran Sonny Rollins. En un ambiente nada concesivo hacia las mujeres, la saxofonista chilena no ahorra en valentía: saxo tenor, piano less y de referencia un músico cuyo sonido siempre fue caracterizado como viril, masculino. Y en ese transitar por caminos poco recomendables alcanzó en el año 2013 el máximo reconocimiento otorgado a jóvenes músicos de jazz: ganó la Competencia Thelonius Monk que en dicha edición contaba con un jurado constituido por Wayne Shorter, Jimmy Heat y Branford Marsalis, siendo la primera mujer en obtener la máxima posición en el certamen (lo que le permitió también grabar su primer disco para el sello Concord).
A estos rasgos de estilo, recogidos de la tradición del jazz moderno, Melissa Aldana le agrega una preparación superlativa construída en base a años de estudio, coronados con una beca total en la Berklee School of Music. Allí tuvo como uno de sus maestros a Joe Lovano, de quien aprendió a controlar el ataque y un fraseo continuo, sofisticado pero equilibrado con el uso de silencios. Esa cualidad seca pero certera se complementa con un empuje (driving) que la vincula a saxofonistas como Chris Potter o Mark Turner y que le permite adentrar a su grupo en el terreno del intercambio permanente de ideas.
El año pasado nos visitó Camila Meza, chilena y asentada también en Nueva York, guitarrista y cantante que orbita en las márgenes de la escena jazzística: sin rodeos, en cambio, Melissa Aldana pretende impactar en el centro del jazz.
Textos: M.B.
Sábado 26/11 | 22:30hs | Cocina de Culturas | Jazz Club
Entrada libre y gratuita hasta agotar capacidad de la sala.