Somos leyenda
La banda “The Cookers” copó el escenario del teatro San Martín en un show sin concesiones.
La noche del sábado el grupo puso en escena su mezcla entre jazz clásico y la exploración. Los cocineros podrían recostarse en la comodidad de sus nombres y la historia rica en pergaminos que los precede sin embargo optan por él camino más difícil, tomar riesgos para crear nuevas páginas en el libro de las leyendas del jazz.
Un grupo sorprendente que juega con el interplay y aprovecha la diversidad de las voces. Mezcla de músicos experimentados en su pico artístico con leyendas vivas del jazz, la banda tiene una personalidad única, rica en múltiples posibilidades por la diversidad de sus vientos que explotaron todas las variantes imaginables arriba del escenario del teatro.
Composiciones de Mcbee y Harper predominaron en el set, sin embargo no se limitaron a estas piezas e interpretaron sus versiones de clásicos del género y por supuesto, improvisaron cada cual con un estilo clarísimamente diferente y marcado.
Córdoba fue testigo del paso de los mejores compositores, arreglistas y músicos que tenemos en el jazz del momento, trabajando juntos en uno de los grupos más emocionantes que hemos visto en el festival. Los arreglos, manejados por Harper y Weiss, sumado a la histórica sección rítmica generan una combinación explosiva, un equipo para avanzar en las experimentaciones sonoras teniendo un pie anclado en la historia. En definitiva es una banda que no tiene que demostrar nada pero que prueba y arriesga todo en cada show.
Vimos una presentación rica en creaciones melódicas y arreglos de vientos, que jugó con la interacción y la experimentación rítmica sin descuidar la forma de las canciones, apoyados en los juegos rítmicos y armónicos de las composiciones de Mcbee y en la belleza melódica de las composiciones de Harper.
Solos conmovedores, un trabajo en conjunto afinadísimo, la sensación de que el jazz es una música profunda pero también divertida y humorística flotaban en el ambiente. La crudeza y complejidad de la batería de Hart, sumada a las respuestas del conjunto, el trabajo tremendamente original de los vientos redondearon una noche histórica en el Festival internacional de Jazz de Córdoba.
R.C.
